miércoles, 26 de noviembre de 2014

Los bebés son raros. Son lo máximo, el mejor momento de la raza humana. Hasta que se hacen grandes y pierden su ternura, ya no queda bien la panza, los rollitos en los brazos y la pelada. Yo quiero que mi bebé no crezca, pero sí que hable, lea, y disfrute de ir al teatro conmigo. Un bebé que haga todo eso sería el bebé más raro. Su magia está en ser hermoso sin hacer nada. Pongo música, lo abrazo fuerte y bailamos mientras pienso que son los años más felices de mi vida. Solo pasaron tres meses, pero yo creo que ya hace muchos años soy su mamá. El embarazo duro tres años, y no voy a trabajar desde hace como diez. El tiempo es mentira.

No hay comentarios:

Publicar un comentario